viernes, 4 de septiembre de 2009
CARTA ABIERTA A TODOS LOS JÓVENES
La comisión de Juventud de Carta Abierta realizará la presentación de su primera "CARTA ABIERTA A TODOS LOS JÓVENES" con un panel de oradores que contará con la presencia de miembros de la Coordinación de Carta Abierta (Mario Toer y Coco Blaustein).
Fecha: viernes, 04 de septiembre de 2009
Hora: 19:00 - 21:00
Lugar: Centro Cultural de la Cooperación - Aula Jacobo Laks (3er Piso) Av. Corrientes 1543
Carta Abierta a los Estudiantes y a Todos los Jóvenes
Somos parte de una generación moldeada por los poderosos en los límites de la apoliticidad y la desmovilización. Es como un karma de nacimiento. La política vista como corrupción, el no te metas, la fragmentación de las opciones de resistencia y la absorción del potencial contestatario del estudiantado y la juventud por formas mercantilizadas de expresión y participación ajenas a la política son todos aspectos que se vinculan de forma indisoluble con la realización del proyecto neoliberal noventista.
Todos nosotros, lo querramos o no, estamos signados fuertemente por estos aspectos que configuran nuestras formas de relacionarnos con el mundo. Ser conscientes de este rasgo es quizás un primer paso que contiene la posibilidad de su cuestionamiento y reversión.
Afortunadamente, a fines de la larga noche neoliberal de los ?90, en los distintos ámbitos comenzaron a ejercerse movilizaciones que marcaban otros caminos de resistencia frente a los poderes económicos y políticos que detentaban la hegemonía cultural de la sociedad argentina.
Primero fueron movimientos de diversa índole, estudiantes, piqueteros, ahorristas, movimientos sociales y barriales los que se alinearon conjuntamente en contra de un gobierno que representaba el grito agónico de un neoliberalismo colapsado, ya de difícil sustentabilidad. Este último gobierno suponía entonces un intento "prolijo" de sostener esa idiosincrasia que tanto se criticaba del proceso anterior, haciendo una suerte de negación de la política en su máxima expresión.
Con el ocaso del Consenso de Washington, han comenzado a emerger en toda América Latina, y en la Argentina a partir de 2003, gobiernos que han cuestionado al neoliberalismo y permitido la apertura de canales para la organización de los sectores populares y las clases subalternas, así como la producción de experiencias que apunten a la posibilidad de pensar nuevos horizontes
emancipatorios.
Como jóvenes nos sentimos interpelados, como nunca antes, frente a un proyecto nacional y continental que demanda nuestra participación y organización para exigir su profundización frente a una derecha que rápidamente se reorganiza en toda la línea, dispuesta enérgicamente a recuperar el tiempo y sus privilegios perdidos.
Es esta misma derecha, que ayer en el gobierno consolidaba un modelo de abierta exclusión social para la mayoría de la población, la que hoy de forma hipócrita finge alarmarse ante la pobreza existente apropiándose y vaciando de contenido las reivindicaciones de justicia social dentro de sus mezquinos programas.
La confrontación política nacional entre los dos bloques en disputa actualmente existente no da lugar a desentendimientos o neutralidades: de un lado, tenemos el bloque hegemonizado por los medios de comunicación, las corporaciones empresariales, las patronales agropecuarias y seguido por parte de la clase media, así como una porción de los sectores populares, entrampados por el bombardeo mediático que promueve la ofensiva restauradora. Del otro lado, tenemos un gobierno apoyado por buena parte de las principales centrales de trabajadores, así como por el grueso de los movimientos sociales, y que hoy ha sido debilitado por el acoso de la derecha y la desorientación de algunos grupos de izquierda.
De todas maneras, este gobierno ha posibilitado la emergencia de una intelectualidad -o, mejor dicho, unos trabajadores de la cultura- que aspiran a profundizar los procesos de ruptura con el neoliberalismo y que ha aportado, desde las sucesivas Cartas Abiertas, una reflexión que contribuye a que podamos recuperar la esperanza por la emancipación.
¿Dónde ha quedado la poderosa gravitación social y política de los jóvenes y los estudiantes en este contexto, donde se intensifica el debate entre dos proyectos
antagónicos para la sociedad argentina?.
Otras generaciones juveniles han sabido gravitar en la escena política.. Cierto es que otro era el contexto, pero se definía igualmente por un renacer de los pueblos, que se mostraban dispuestos a sacudirse las ataduras de la opresión. Algo similar se vislumbra hoy como posibilidad de nuestro porvenir latinoamericano.
Aspectos de la experiencia setentista, más allá de los errores cometidos y la trágica derrota, deberían ser recuperados, desempolvados los panteones de esas juventudes olvidadas que supieron hacer de la apertura a las experiencias populares que atravesaban la sociedad una marca inigualable que nos muestra un sendero que es posible retomar, de manera acorde con los nuevos tiempos.
Frente a estos desafíos, quizás sea hora de ver que no todo es lo mismo, que realmente hay dos posibilidades distintas en pugna, y del resultado de este enfrentamiento se delineará el porvenir
para el país y América Latina en los próximos años.
Es por esto que una alternativa real y transformadora de nuestro continente y nuestro país solo puede consolidarse y profundizarse, aquí y ahora, como parte de la acumulación de fuerzas que inauguraron los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández desde sus inicios, como respuesta al neoliberalismo que los antecedió.
Frente a las posibilidades que abre este proceso iniciado desde 2003 en adelante con respecto a la organización, mejora en las condiciones de vida y el retorno de la política a la sociedad, ¿vamos simplemente a reducir y agotar toda la rica significación de este complejo proceso con la preconcepción de que se trata simplemente de más de lo mismo?
Esa postura viene siendo aplaudida por esta nueva derecha que emerge fortalecida luego del conflicto entre el gobierno nacional y las patronales agropecuarias, pues fomenta divisiones en el campo popular de la que son exclusivos beneficiarios. ¿Es ese nuestro deseo como jóvenes?.
El complejo tiempo que vivimos nos urge sin espera a buscar una confluencia que permita limar diferencias, organizarnos, intercambiar visiones, renunciar a una inmadurez intransigente y abrirnos a las alternativas de transformación realmente existentes que apoyan vastas franjas de la sociedad.
El kirchnerismo, con todas sus limitaciones, nos ha abierto un espacio decisivo: el retorno de la política como posibilidad transformadora. Como jóvenes y estudiantes, no podemos despreciarlo. Hagámonos cargo de ese llamado, repoliticemos el estudiantado, aumentemos la participación, organicémonos, dentro de las posibilidades realmente existentes, para permitir una articulación conjunta entre jóvenes, estudiantes, y una sociedad que pueda ser transformada. No nos quedemos, una vez más, con la conciencia tranquila exclamando consignas formidables -es decir, siendo los "campeones morales"- pero que difícilmente pueden convertirse en ideas-fuerza que permeen en la sociedad, cuando a duras penas transcienden los pasillos de una facultad.
Este tiempo complejo e indescifrable reclama una madurez inmensa para profundizar los cambios contra una restauración conservadora que intenta clausurar una vez más la historia, lo que sin duda no lograremos alcanzar en movimientos autorreferenciales e intransigentes que quedan aislados del resto de la sociedad.
¡SUMARNOS TODOS CONTRA LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA, ORGANIZARNOS JÓVENES Y ESTUDIANTES PARA DEFENDER LO ALCANZADO Y SENTAR LAS BASES PARA SEGUIR AVANZANDO.
ESTA ES NUESTRA CONSIGNA!
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